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¿Qué es el charas y cómo se produce?

Si nunca has oído hablar del charas no nos extraña. Muchos consumidores habituales de cannabis también desconocen su existencia. Sin embargo, sabemos que quien ha podido disfrutar de este cremoso regalo de los dioses no ha quedado indiferente. 

Hemos de empezar dejando algo muy claro, y es que suele generar un poco de confusión: el charas y el hachís no son lo mismo. 

Entonces, ¿qué es el charas y cómo se produce? ¿En qué se diferencia de otras variantes y qué lo hace tan especial? Vamos a verlo.

¿De dónde surge el charas?

Se dice que el mismísimo dios Shiva recurría al charas durante sus meditaciones en la montaña. Aunque desconocemos qué tipo de viajes hacía y qué veía en ellos, a raíz de esta leyenda nepalí, los yoguis y ascetas hindúes tienden a cargar en sus bolsillos esta preparación de cannabis para realizar sus meditaciones diarias. 

De este modo, el charas está muy unido al hinduismo, especialmente a aquella rama que venera al dios Shiva. 

La historia del charas también incluye los primeros años del Imperio Británico, quien tuvo acceso al charas a través de las tiendas que el gobierno estableció en la India. De hecho, es este país, junto al Himalaya y Pakistán, las tierras en las que la variante Sativa Indica crece de forma salvaje. 

Aunque el charas se prohibió durante los años ochenta, la percepción y su uso han ido evolucionando hasta la actualidad, donde encontramos charas CBD en el mercado. De hecho, ¡el charas vuelve a estar de moda!

Hachís elaborado a mano a partir del extracto de la planta 

El charas es, en sí mismo, una extracción del cannabis, específicamente de la variante Sativa Indica. El proceso es lento y complejo, aunque más sencillo de lo que en un primer momento pudiéramos creer.

El charas es muy similar al hachís, pero hay una gran y única diferencia: el tratamiento de las flores. 

Mientras el hachís es producto de la extracción de la resina de las flores secas del cannabis, el charas recurre a las flores frescas o materia vegetal viva.

Al hablar de resina pura, te habrás hecho a la idea de la gran potencia de este producto. Y es que sus concentraciones de THC son tan elevadas que el viaje está asegurado. ¿Será posible ver al dios Shiva?

No obstante, el charas no se libra de una versión CBD, que favorece la relajación y el alivio del dolor por encima de cualquier vuelo. Y es que, debido a su pureza, el efecto será prácticamente inmediato, por lo que las personas con fuertes dolencias físicas pueden verse beneficiadas por el uso de estas variantes de CBD, como sucede con los aceites de CBD.

¿Cómo se produce el charas?

Su elaboración no solo requiere de paciencia, sino de manos expertas. Y es que así como una buena materia prima da lugar a un producto de mayor calidad, la práctica hace al maestro. 

La producción del charas tiene como objetivo separar los tricomas que se desarrollan como una capa pegajosa y cristalina sobre las flores. 

¿Te está entrando la curiosidad? Remángate, ¡porque nos ponemos manos a la obra!

Comienza lavándote las manos y empieza a comprimir suavemente los cogollos frescos de cannabis. Escoge cogollos a los que les falten alrededor de dos a tres semanas para estar en su punto, así será más sencillo manejarlo y la cantidad extraíble de resina será mayor. 

Poco a poco, las palmas de tus manos y dedos empezarán a impregnarse de resina y aceite, de un aspecto parecido al del alquitrán. Una vez lograda una cantidad considerable, pasaremos a retirar la sustancia resinosa para pegarla y, poco a poco, formar una esfera o barrita de un suave tono pardo, de unos diez gramos o un poco menos. Para lograrlo, usa el pulgar para hacer pequeños círculos en el centro de la palma. 

Consérvalas envueltas en papel film transparente para evitar que se sequen. 

Para producir el charas, te recomendamos optar por las variedades con una alta concentración de resina, ya que cuanta más tengan los cogollos, más fácil será hacerlo.

¿Cómo se consume el chara? 

Debido a la estrecha unión del chara con la tradición hindú, este extracto suele consumirse a través de un chillum, un tipo de pipa especial empleada por los sadhus o monjes hindúes que buscan la conexión en el plano espiritual. De hecho, estos monjes recitan los diferentes nombres de Shiva antes del consumo de chara, a modo de veneración. La incorporación de esta resina y el chillum forman parte de un ritual de gran valor para estos monjes.  

De cualquier modo, si el chillum no es lo tuyo, puedes recurrir al tan estimado porro, introduciendo tabaco y una pequeña cantidad de chara en forma de una barra fina para que la combustión resulte uniforme. También puedes considerar la opción del blunt.

Por su parte, el bong tradicional y los vaporizadores son el instrumento ideal si el tabaco y tú no hacéis muy buenas migas. 

Todo vale para conseguir tu propia ceremonia.

Estas bolitas de cannabis maleables y apelmazadas, de un agradable olor intenso, son una verdadera delicia para los consumidores. La historia que hay detrás, la delicadeza que caracteriza su preparación y sus profundos efectos convierten al chara en un producto cannábico muy atractivo.

 Por este motivo, evita venirte arriba y darte un primer atracón y descubre la experiencia con calma. ¿Probamos? 

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